Sunday, March 23, 2008

Arbol (una evacuacion de banales pensamientos)

Este arbol que me mira
y no sonrie, quisiera hablarme

Me invento oidos de hojas
verdes importadas,
mil gemidos, el viento lastima

Aire de acero y sales nuevas,
nunca es primavera

Arbol de metal
Flores de hierro
Frutos oxidados

Nos seguiran cambiando mas
y mas organos como piezas

Japon nos vendera los estomagos
y los nuevos intestinos.

Sunday, March 16, 2008

Mon ange sombre



En una gelida noche a primeros de diciembre: postrado en cama, condenado a morir y en tristes reflexiones embebido; fumaba lo que yo llamaba "mi ultimo cigarro". El humo dibujaba blancas abstracciones en el aire y mientras mas aumentaba mi desesperacion por retirarme de forma digna de este pabellon de la tristeza, aquellas abstracciones tomaban forma de mujer; lentamente aquella mujer de humo se poso frente a aquel sillon en el cual acostumbraba a tomar un escoces y escuchar la 9na sinfonia de Ludwig Van Beethoven. De subito aquella mujer de humo, trasmuto a un ser perfecto: una hermosa femina de exhorbitante voluptuosidad, con alas de angel en sus espaldas , que al abrirse lanzaban efluvios de felicidad. Absorto ante tal majestuocidad, pregunte:
-Eres... un angel?
-No. -respondio-
-Vienes acaso a devolverme las esperanzas de vida? -pregunte nuevamente-
-Eso desearias, -respondio con tono burlon- yo soy la mismisima muerte!!
Fue tal la sorpresa, que al escuchar aquella oracion: "Yo soy la mismisima muerte"; un sentimiento hibrido: mitad miedo, mitad felicidad, me invadio.
-Supongo que ha llegado mi hora. -dije sonriente-
-Estas en lo correcto, ahora levantate y vistete, esculpiremos tu ultima huella en esta tierra-
-No puedo levantarme -le conteste- estoy muy enfermo; me extraña que siendo "la muerte" no conozcas mi realidad.
-Que te levantes te digo!!. -grito-
Ironicamente aquella melodiosa voz, provoco un estrepitoso ruido, que causo una hecatombe en mis sentidos. Asi que, como un automata respondi a su orden y sin darme cuenta, estaba de pie frente a mi fiel compañera -la cama-; hacia ya mucho tiempo que no encontraba en posicion vertical; excento de dolor alguno, estaba en mi mejor condicion.
-Adonde iremos? - le pregunte-
-Iremos a cenar, -contesto- a cual te gustaria ir?
-Hmm, Chateu d´If, seria muy buena eleccion. -respondi lamiendo mis labios-
-Pues vistete. -exclamo-
Me dirigi hacia mi vetusto armario para examinar cuales ropas serian adecuadas para mi ultima velada. Espero no haber olvidado como vestirme. Entrelace los cordones de mis zapatos, aquel ultimo tiron marco el punto de partida.
-Listo!. -exclame-
-Bien, acercate a mi. -me dijo-
Me acogio en sus brazos (literalmente estaba en los brazos de la muerte), abrio sus alas y una maravillosa luz lleno toda la habitacion; cerre los ojos; al abrirlos nuevamente luego de un rato, nos encontrabamos en la entrada de Chateu d´If. Sin hacer ninguna reservacion una mesa aguardaba por nosotros. Como gesto de caballerosidad retire la silla para que "ella" se pudiese sentar.
-Ser tan caballeroso no hara que me olvide de ti. -me dijo sonriente-
-Al menos lo intento. -le dije con el asomo de una sonrisa-
Luego de un par de horas y unas copas de Chianti, conversabamos:
-Ya veo por que hay quienes dicen "no temer a la muerte", tu belleza es la respuesta. -dije-
-Jajaja; puedo tomar la forma que me plazca : puedo ser un demonio o puedo ser un angel. Tu eres uno de mis clientes distinguidos, por tal razon, debo estar presentable.
-Oh, que interesante. Dime algo, acaso hay un señor "muerte"? -le pregunte-
-No, todavia, no ha aparecido aquel que me haga morir de amor.
La atmosfera a nuestro alrededor era excitante: musica de Miles Davis, endulzando el entorno; el sonido de las copas dando señales de brindis, que daban lugar a celebracion... Y ella, ella y su embriagador perfume, sus labios, su sonrisa, todo de ella me copaba; mi voz buscaba el aire para acariciar su oido. Creo que me he enamorado de la muerte, y ahora mas que nunca quiero morir...para irme con ella.